viernes, 23 de octubre de 2009

Desarrollo de la cosmética

A través del Mediterráneo, los griegos introdujeron sus costumbres hasta España, incluso su amor por los perfumes. Así, los primeros perfumistas y barberos salieron de una colonia griega al sur de Italia y se instalaron en Roma en los tiempos de la República.

Aunque en sus inicios Roma era un pueblo pobre y austero que se dedicaba principalmente a cuidar sus huertos y rebaños, la convirtieron en una ciudad brillante y próspera, que pasó de la frugalidad a la opulencia.


La cosmética floreció en Roma como nunca antes había ocurrido en ningún lugar y así como ahora los productos de belleza pretenden venir de París, era elegante decir que las fragancias llegaban desde Grecia (aunque no lo fueran...). Las damas romanas tenían una forma bastante particular de perfumarse: hacían llenar la boca de sus esclavas con perfumes para luego ser espurreadas en rostro y cuerpo. Una especie de vaporizador humano.


Pero en Roma no sólo las personas se perfumaban... Antes de una batalla o en los regresos victoriosos, se humedecían los estandartes de las legiones con fuertes fragancias y también era común perfumar salones, vestidos, teatros, armas y hasta los animales, sin mencionar cualquier ceremonia religiosa, casamiento o entierro. Se cuenta que el emperador Nerón -durante sus banquetes más selectos- hacía caer desde el techo miles de pétalos de las más variadas y exóticas flores a la vez que soltaba pájaros con sus alas embebidas en perfumes, para que la fragancia se esparciera durante el vuelo.


El cristianismo trae consigo una regresión en la utilización de los perfumes y los cosméticos y la condena a las «artimañas del diablo» utilizadas por las mujeres para seducir a los hombres


La Biblia quien vuelve a mostrarnos el uso extendido de la perfumería: en el Nuevo Testamento vemos a la hermana de Lázaro ungiendo los pies de Jesús con perfume o a los tres Reyes Magos dejando incienso y mirra en Belén. Tanto el nacimiento de Jesús como su muerte están relacionados con los perfumes.




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